martes, 29 de enero de 2013

El final del viaje




Estaba a punto de terminar mi novela cuando me surgió aquel viaje ineludible. No me lo pensé dos veces. Le di las llaves de mi deportivo a Esther, mi mujer, y cargué con la máquina de escribir y unos cuantos folios. Tenía la sensación de que si no soltaba el final que la noche y los sueños me habían revelado lo olvidaría todo y nunca podría concluirla. Le pedí que condujera despacio y fui tecleando todo el camino. Después de cuatrocientos kilómetros conseguí poner la palabra fin. Mis protagonistas encontraban la muerte en una carretera comarcal. Alcé la vista justo a tiempo de  ver el camión que se nos acercaba peligrosamente de frente y di un volantazo certero que despertó a Esther y nos salvó de un aciago destino.  

7 comentarios:

  1. Lu, cada vez que te leo me entran ganas de dejar de escribir... Pones el listón demasiado alto.

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    1. No digas eso, Rafa; tenemos algo en común: a mí también me gusta mucho lo que tú escribes. Me gustaría que al leerme te entraran ganas de escribir más.

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  2. Buen final para un mejor relato, Lu!!

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  3. Me gusta, Lu, me gusta...casi tiene el final de su propio protagonista. Buen final...y buen susto. Un abrazo.

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  4. Un gran relato, Lu. Eso que siempre dices de "cuidado con lo que escribe no se haga realidad..." casi se cumple con tu protagonista.

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  5. Breve y muy explicito. Me gusta Lu.

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