domingo, 25 de diciembre de 2011

LAS RATAS

Eran las cinco de la tarde y no tenía el cuerpo para tonterías, pero la noche se presentaba vestida de largo.
Como todos los días, era la hora en la que mi querida migraña hacía acto de presencia y, con su habitual empeño, me instó a que me sentara en la chaiselong. Ella lo hizo en el otomán. La chiquillería entró en el salón como el séptimo de caballería al grito unánime de “Tataaaaaaaa”. Mi querida migraña ni se inmutó, a lo sumo alzó una oreja con total indiferencia, para dejarme bien claro que era yo quién tenía que levantarme a recibir. Cómo han cambiado los tiempos en los que a una señora como yo ni se le molestaba nunca, ni se le mandaba nada. Pero en fin, son los tiempos que corren, que ya no corren, sino vuelan, pero no como pájaros, ahora vuelan como naves siderales -¿o se dice espaciales?- El caso es que estaba rodeada de pequeñas personas que me hablaban todas a la vez para solicitarme mi atención exclusiva a cada una de ellas y, por supuesto, sus regalos.
     Ante tal algarabía, mi fiel migraña bostezó con energía y, desperezándose, se bajó del otomán con desgana e indiferencia, la misma con la que abandonó la sala. Los ojos de los críos me clavaban sus ensayados gestos lastimeros, pero yo sólo veía infinitos pares de orejas, rojas como gambas, grandes como de chimpancés, retándome a que tirara de ellas hasta que se desprendieran de sus cabezas. Pero no, una vez más me contuve... me dirigí al sinfonier perseguida por el enjambre de avispas africanas y les di sus regalos.
Abandonaron la sala al instante, como los ratones abandonan el barco que se hunde y me dejaron sola unos breves instantes, lo suficiente como para poder regurgitar la mejor de mis sonrisas para enfrentarme ahora con sus progenitores... Con las ratas.


4 comentarios:

  1. La migraña (terrible para quienes la padecen)es la que le hace pensar que los niños son como ratas o que los ratones son como los niños y tiene que enfrentarse con los padres que son como ratas? Los regalos, en realidad son el cebo que les había puesto el prota para matarlos?
    ¿Es una refundición de ambos pensamientos? Un paralelismo? No, si me gusta.

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  2. Muy bueno Eufrasio, con una migraña fuerte se pueden ver niños como ratas y ratas como elefantes, todo es posible. Me ha gustado.

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  3. Es muy bueno, si señor. Olé. Qué miedoooooooooooooooooo. Espero no convertirme en esa horrible mujer cuando me visite mi migraña.

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  4. No, no, Yolanda. Los niños son los ratoncillos; los papás, las ratas.

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