martes, 20 de diciembre de 2011

El perfecto anfitrión

Para Marco con mis mejores deseos.

Marco Antonio salió de casa temprano como cada mañana y se dirigió a su despacho. Se acercaba la Navidad y las temperaturas habían dado un bajón de vértigo. Encendió un cigarrillo para intentar que la pequeña brasa le comunicara un poco de calor. Andaba pensativo y feliz, a pesar de lo temprano de la hora, de las calles semidesiertas y de un cielo gris plomizo que teñía las calles, las plazas, los árboles y hasta las almas de los pocos transeúntes que pasaban arrebujados en sus abrigos y bufandas. Él seguía apurando el cigarrillo y se decía a sí mismo: lo tengo que dejar, este va a ser el último cigarrillo en mucho tiempo. Dio la última calada intensa y aplastó la colilla con fuerza enterrándola en la tierra del parque que atravesaba. Al momento, volvió sobre sus pasos, desenterró la colilla y la depositó en una papelera que tenía enfrente. Quería parques limpios, deseaba mantener un cuerpo sano, quería oler a jabón y a colonia suave. Ahora tenía una gran responsabilidad. Pronto habría un invitado muy especial en su casa y él, perfeccionista en todo, se sentía en la obligación de ser el mejor anfitrión del mundo.

9 comentarios:

  1. Me sumo a los deseos de tu protagonista, yo también tendría que dejar muchas cosas!! Muy bien contado el ambiente del cielo y las almas.

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  2. Leo tu relato y me entra la risa floja: la risa del que está feliz, pero también del que tiene miedo de no estar a la altura, de que “algo” salga mal. Es un relato hermoso. Es un regalo hermoso. Cada día, desde hace unas semanas, bajo a mi despacho pensando en dejar de fumar...es cierto. La anfitriona ya lo ha hecho, por imperativo legal. Las palabras son un bien preciado que quiero mostrarle a mi invitado, como a su vez otro anfitrión me las mostró a mi. ¿Por qué cuando miro a la anfitriona a los ojos sólo puedo reír? Esta semana tendremos más noticias de nuestro invitado... y pronto os podré contar muchas cosas. Una vez me dijiste que escribiera, que así se haría realidad... Tu relato se va poco a poco haciendo realidad, digo mientras enciendo un cigarrillo. Gracias, gracias, gracias.

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  3. Muy bonito, Lu. Ahora no caigo o no sé yo ¿quién es el invitado? Creo que me he perdido algo.

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  4. No te preocupes, Amparo, es un relato con misterio, se desvelará en la segunda entrega, hay que mantener despierto al lector.

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  5. Y tú, Marco, vas a estar a la altura, solo sigue los pasos que marque tu corazón.

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  6. Ya lo creo que vais a ser buenos anfitriones.Mucha suerte

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  7. Mi intuición me dice que como el blog de cine, el invitado llevará pañales ¿he acertado?

    Bonito regalo, hada

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  8. Precioso Lucrecia, me emocioné al leerlo porque comparto esa sonrisa de mi hermano, gracias Lu por se como eres, así de especial.

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