miércoles, 3 de agosto de 2011

SPLASH


Lara Hernandez Abellan



-Mañana otra vez castigadas. Pero me da lo mismo porque la puesta de sol desde esta cala es espectacular y además en esta época del año el ambiente es de primera.

Fíjate que barcos y qué me cuentas de la música, con toda esa gente bailando mientras se va escondiendo el sol. Lo que daría yo por ser una de esas chicas que saltan sobre la arena…

¡Soñar es gratis hermanita! Intenta desconectar un rato y no pensar más en papá, que te lo veo en la cara aunque disimules. ¡Qué sí, que mañana estaremos castigadas, pero que esto de hoy ya no nos lo quita nadie! Relájate y disfruta el momento. Mira los colores, escucha la música y siéntete viva. Hazlo aunque sólo sea por mí.

-Pero si yo estoy relajada, bueno todo lo que estas rocas me dejan estarlo. Lo que pasa es que no soy como tú ya lo sabes. A mi venir a estos sitios no me parece bien, me pongo nerviosa. Primero porque alguien podría vernos o lo que es aún peor y que prefiero no nombrarlo. Tú en eso no piensas, para pensar ya estoy yo, no vas a cambiar en la vida. Tú con relajarte y soñar ya tienes suficiente.


Sé que no lo has olvidado, aunque ya nunca me hables de ello. Te lo veo en los ojos y cuando llegan estas fechas aún más. Y dime la verdad, ¿estarías dispuesta a pasar de nuevo por ese sufrimiento?
 

-Lo estaría. Por volver a verlo sería capaz de aceptar cualquier castigo de papá. Y por un beso suyo renunciaría hasta a ti. Ya ves, hasta a ti que eres lo que más quiero en este otro mundo injusto en el que me ha tocado vivir. Pero no te preocupes, él no está aquí. Hace años que no viene por este sitio. El tiempo debe haber pasado para él de otro modo y su vida estará muy lejos ya de aquella noche que vivimos juntos. Lo más seguro es que ni me recuerde o si lo hace tan sólo sienta rencor. Le prometí que volvería a la mañana siguiente. Prometí algo que sabía que no podía cumplir y desde entonces cumplo el castigo de una mentira y estoy atada a este amor imposible.

-Perdóname. No quería hacerte recordar. No llores. Si tú lloras a mí se me parte el alma y entonces no voy a poder
disfrutar ni de la puesta de sol, ni de la música, ni de nada de nada. Castigada y sin haber disfrutado una pizca de esta escapada. ¿Qué te parece el plan de mañana? Anda no pienses más y sonríe de nuevo. ¡Por favor!

-Ya lo hago. Estoy sonriendo pero el sol casi se ha escondido y no puedes verlo y además tienes toda la razón,
esta roca nos está dejando las colas destrozadas. Será mejor que nos zambullamos y empecemos a nadar si queremos llegar a casa para la hora de la cena.

3 comentarios:

  1. Qué final tan sorprendente ¿sirenas, no? muy bonito.

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  2. Qué habil eres Lara, si no lo has leído, te recomiendo "La vieja sirena" de Jose Luis San Pedro, uno de mis libros favoritos. Splash es un gran título.

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