domingo, 8 de mayo de 2011

"La gran suerte de Leonor", de Lucrecia Hoyos.

Leonor abre los ojos. “Una mañana más”, se dice. La luz del sol se cuela a través de los visillos inmaculados de su dormitorio. Viene de un hermoso sueño que no recuerda bien. Colores y música. Esa música que le ha dado por escuchar una y otra vez. Esa música que se le mete por todos los poros de su cuerpo y que le hace suspirar y la relaja. Se siente feliz. Hoy cumplirá su sueño. Se levanta, desayuna junto a su hija teresa que le habla con dulzura. Después enciende un cigarrillo de marihuana y lo fuma despacio sintiendo la música todavía más adentro. La envuelve por completo. Va al cuarto de baño, se ducha, siente el agua caliente como una caricia. La toalla, la crema corporal, la ropa nueva sobre su delgado cuerpo, ofrendas que la vida le brinda una vez más. Todo está preparado. A las doce en punto se acomoda junto a teresa en los asientos del tren que la conducirán a su ciudad natal. No puede abandonar la vida sin despedirse de ella, sin agradecerle todos los momentos felices que allí vivió. Se siente feliz. Es una mujer afortunada, está rodeada del cariño de los suyos y el cáncer galopante que padece desde hace un año le está permitiendo realizar sus últimos deseos.

6 comentarios:

  1. Es cierto, es una gran suerte poder despedirse así.Me ha gustado.

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  2. Me gusta. Tiene ritmo. la música acompaña al texto. Cada acorde contiene un frasco de sentimientos.

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  3. Aliento lírico es lo que tiene este relato. Me ha gustado mucho Lucrecia. Cumplir los últimos deseos... me ha recordado a una película que vi hace unos años: "Mi vida sin mí", de Isabel Coixet. Una buena recomendación. Saludos...

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  4. Un ejemplo de vida, si señor. Precioso lucrecia una bella realidad.

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  5. Algunas melodías infunden valor y eso es lo que esta melodía le ha regalado a tu protagonista, el valor para decir adiós. Me gusta.

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  6. Música, cariño... una buena manera de despedirse de la vida, me ha gustado.

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